viernes, 20 de mayo de 2011

Mujer apasionada donde las halla...

Si algo sé de teología es fundamentalmente debido a dos grandes regalos que el Señor me ha hecho en mi vida...
Uno de ellos fue la oportunidad de construirla entre pasillos y conversas, entre quejas, rebeldías, risas y confidencias, paseos y silencios, hombros y corazón, con compañeros que un día lo empezaron siendo de estudios, después compartimos trabajos pastorales, y hoy lo son de camino y de seguimiento de Jesús...
Pero el primer gran regalo fue la oportunidad de poner los cimientos, las bases y la estructura de la mano y vida de una gran mujer, una apasionada del seguimiento de Jesucristo, con arraigo en ÉL y suelos, horizontes y esperanza igualmente en ÉL, ¡Y que bien lo sintetizaba, ¿quién no recuerda esos esquemas?
Carmen Cadenas, qué institución, qué hermana, qué sabia, qué apóstol, Qué risas cuando nos tocaba hablar de la escatología y la muerte... cómo se reía del pánico que me producía, ¡cuanto nos hizo leer, escribir, reflectir...!
Hoy la imagino mirándole cara a cara, dejando que fluyan tantos sentimientos y confidencias expresadas y contenidas, tanta pasión derrochada y hoy devuelta.

Hoy Carmen te imagino ante el Señor de tu Vida, en silencio o hablándole mucho... todo es posible, pero feliz, ¡dichosa tú que te fiaste siempre!
Ahora enséñame a vivir con esa pasión hasta el final, intercede por mí, intercede por todas tus hermanas y contágianos tu teología, tu Palabra de Dios
¡Gracias!

4 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marta Silva aci dijo...

verdad, verdad, verdad!!!

ngayol dijo...

Si... yo también tengo ese recuerdo de vida intensa, de profundidad en sus ojos, de mirada inteligente y llena de corazón...
Gracias por el comentario Lola!
Una gran mujer ciertamente... Hubiera disfrutado dándose un paseo hoy por sol... ¡y hasta allí sentada! Nurya

inma dijo...

Me uno al comentario, a mí me ayudó desde el postulantado su pasión por Cristo, su entusiasmo...Y después de muchos años, en la briega de la vida, volví a vivir con ella y me sostuvo para encontrar esa segunda ingenuidad en medio de la noche... esa que mantiene la fe, la esperanza y el entusiasmo, cuando todo parece derummbarse. ¡ GRACIAS,Señor por regalarnos hermanas así, que ella interceda por nosotros y nos mantenga siempre un corazón apasionado por Cristo y su Reino!