jueves, 24 de diciembre de 2009

MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN
Texto: Encarnación y nacimiento Lc. 1 y 2
Petición: DAME TU GRACIA… y conocimiento interno para más amarte, adorarte y seguirte

¿Cómo un Dios tan grande como Tú puede caber en un niño tan pequeño, en medio de tanta nada y hacer partícipe a los que no cuentan, los que nunca presencia ni viven novedad?
¡Qué rápida se le pasaría la noche a toda aquella gente que lograste sacar de la rutina, de lo de siempre!


INVITACIÓN: entra en la escena…

- SIÉNTETE PESEBRE
… siente los nervios, la incertidumbre, el dolor de la preparación, de la disponibilidad y de la gratuidad, deja que arranquen tus astillas para evitar que el Niño se haga daño cuando sea colocado dentro de ti, siente el frío y terror cuando sacan todo lo que llevas dentro, para hacer hueco (la separación de los que más amas, el desprendimiento de todo lo que acumulas por seguridad, por comodidad, por mediocridad, las renuncias, tus sueños, tus proyectos… porque ahora urge algo más importante y te necesitan, aunque seas un simple pesebre, DIOS quiere nacer y necesita tu espacio)
Contempla cómo colocan suavemente al Niño dentro de tus maderas…contempla el silencio denso con que todos a distancia, interiormente se acercan
Siente, ante la contemplación de todos, lo que sucede:

- cuánto calor nuevo y distinto de un niño tan pequeño, siente sus movimientos, su calor… y siente la serenidad de quien a pesar de la distancia, el desgarrón, del despojo, sabe que el Señor mantendrá ese calor casi imperceptible… y nunca nos separará.
- Siempre se encarna en lo que no vale, en lo más sencillo, incluso en el pecado, en la fragilidad herida (recuerda los momentos en los que se ha hecho fuerte ante ti su presencia encarnada en la sencillez, en el pecado, en la miseria… es su lugar preferido)
- Y ahí te toca estar, casi sin que se te vea, pero desde ahí, tan cerca, puedes sentir su calor haciendo renacer las maderas y el barro de que estás hecho, y te forman, y contemplar siendo testigo de los efectos que produce en los otros este recién nacido, con la piel tan clara, tan suave, tan cálida, testigos de rostros, miradas de reparación y alegría, y posibilitas que Él permanezca y que otros lo vean al tiempo que el calor de vida se contagia.

Ya nadie repara en tí, pobre pesebre ni tus dueños, que amablemente te cedieron, ni José, ni María, ni los pastores… nadie ha percibido lo que ha supuesto de dolor, frío, miedo quizá, el desprendimiento de todo lo que llevabas dentro, incluso de tu utilidad primera, de tus proyectos… ya nadie repara en ti… eres imperceptible a los ojos de los presentes, ahora ya no vales sino por lo que llevas dentro que es infinitamente mayor y MAS grande, todo ha quedado eclipsado por un bebe tan insignificante… MISTERIO. INDIFERENCIA, ¿cómo nado de indiferencia? Seguir al Señor nos tiene que hacer MÁS disponibles, accesibles, indiferentes de todo para cuando llegue el momento oportuno, ser y estar a los que haga falta SIN RUIDO Y AHÍ PERMANECER ACCESIBLE Y DISPONIBLE… COMO YO (dice el Señor)

2 comentarios:

glòria dijo...

nos encontramos esta noche en el Portal... y también con tantos otros pequeños, escondidos, frágiles, sencillos, nadapoderosos, anónimos, preferidos de Dios...
GRACIAS! y FELIZ NACIMIENTO en ti, en mí, en la humanidad...
beso

Lola Vegas, aci dijo...

allí nos vemos sin faltar ni dudar, deseando que nos dejemos empapar, contagiar... de tanta humanidad
un besote