miércoles, 9 de diciembre de 2009

Semana 3ª de Adviento

ORACION- REFLEXION SEMANAL
Estas dos semanas primeras de adviento hemos cuidado nuestra manera de tocar, de escuchar y de decir, nuestra sensibilidad a través de las manos, del oído y de nuestros labios, para que Él se encarne en ellas, las bendiga, y sostenga. A través de nosotros, de nuestros sentidos Dios quiere hacer llegar la Buena Noticia a los demás

Esta tercera semana de Adviento vamos a mimar nuestro olfato, nuestra capacidad de captar buenos olores, sensaciones, y también los malos para tratar de neutralizarlos, eliminarlos y ambientar nuestra vida, contexto. También quiere Dios hacer llegar la Buena Noticia a través de fragancias que relajan, serenan, alivian y ofrecen espacio de confianza, comodidad, acogida, vida.
Si afinamos nuestro olfato seremos capaces de acercarnos también a lo que huele mal y descubrir ahí la presencia del Dios que nos invita a abrazarle y sembrar justicia.
Las lecturas hoy nos hablan de ello, el evangelio huele a generosidad, solidaridad, justicia, a testimonio de vida, de exigencia gozosa y ALEGRE, aroma evangélico, de Reino. Proclamar el mensaje, la Vida nueva, predicar con palabras y obras, huele a Dios.

¿CÓMO VOY HACERLO?
Durante esta tercera semana de adviento se nos invita a vivir afinando el olfato, atentos a la brisa de Dios que desde lo pequeño, lo cotidiano, lo suave y también lo maloliente… se acerca, nos llama y reclama; atentos al olor que se respira para purificarlo, cuidarlo o disfrutarlo, pendientes de construir espacios y ambientes en los que huela a fraternidad, humor, reconciliación, paz, fiesta.

- Cada mañana al despertar piensa en tu capacidad de captar la variedad de olores que te brinda cada día, ¿cómo voy hacerlo?
o Pide al Señor se haga presente y te ayude a identificarlos,
o ¿de dónde o de quién vienen? ¿Qué efectos producen en ti y en los otros?
o Pregúntate ¿qué olor desprendo allá donde paso? ¿hay alguno que deba cambiar? Como cristianos estamos invitados a irradiar el buen olor de Cristo… el que pasó haciendo el bien, dejando un rastro de bondad, ternura y misericordia, por eso le seguía la gente, y no precisamente los limpios, muchos “pordioseros”, malolientes siguen a Jesús ¿qué rastro estoy dejando al pasar?
o Y nuevamente pido al Señor “conviérteme Tú en olor fresco, natural, que traiga y serene a los que se me acerquen y se encuentren contigo”

- Cada anochecer ofrezco al Señor todo lo vivido, y olido, a cada persona y acontecimiento y lo deposito en Él para que lo proteja y bendiga: “Padre en tus manos encomiendo mi vida y la de…” Le doy gracias por los olores que me ha hecho reconocer y por el que yo he sido capaz de desprender serenando a otros, y le pido perdón por los malos olores y humos que he provocado y no he sido capaz de controlar, que sea la menos capaz de limpiarlos mañana.

VEN SEÑOR JESÚS! y bendice mi olfato, hazlo sensibles a ti, a tu presencia, y hazme fragancia que allá por donde vaya huela a ti, desprenda tu ternura y misericordia

1 comentario:

glòria dijo...

Enhorabuena, Lola, por este espacio que nos brinda la oportunidad de abrirnos al encuentro de la Encarnación desde lo que somos, desde nuestro ser... Gracias por compartir lo que sale de tu corazón y llevarnos hasta el Suyo! un beso